lunes, 31 de diciembre de 2012

2012.

Podría decirse que el 2012 ha sido mi peor y mi mejor año. Ha sido duro y me alegro de que termine porque espero que el próximo sea mejor. No quiero volver a pasar por lo que he pasado este año. No quiero volver a caer tanto: ser tan insegura, tener tantos miedos, pensar tanto, dudar, no arriesgar. Las cosas han cambiado tantísimo, he perdido amigas, me he sentido sola en muchos momentos, he llorado demasiado. Pero eso ya terminó. No más. Ya lloré lo que tuve que llorar, ya sufrí. Ahora solo quiero cambiar y que el 2013 sea un buen año; e intentaré que así sea de verdad. Nada de pensar, de llorar, de rallarse. ¡Hola autoestima y positivismo! Acabo el 2012 con una sonrisa y comenzaré el 2013 igual. Intentaré mentalizarme para hacer las cosas como si no tuviera segunda oportunidad, me centraré en lo que es importante y en lo que realmente vale la pena. No me rallaré: what's meant to be, it's meant to be. Doy un paso adelante y le abro la puerta a un nuevo año lleno de oportunidades y experiencias. Y espero no ser tan idiota como este año como para dejarlas escapar.


Uno de mis propósitos: Empezar el 2012 con un bote vacío e irlo llenando con notas sobre cosas buenas que me vayan pasando. En Nochevieja del año siguiente, lo vaciaré y veré las cosas increíbles que me hayan pasado este año.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Mi cuerpo

Hoy por primera vez, después de mucho tiempo, me he puesto delante del espejo y me he dicho: no estás gorda. Y he sonreído. Después me he pasado la mano derecha por la barriga, acariciándola como hago siempre y he pensado que estaba bastante "dura". No me gustaba mi barriga, casi nunca lo ha hecho. Pensaba que si me ponía de lado era la única forma de que se me viera el vientre plano, aunque para el resto de chicas suele ser al revés. Me gustan mucho las cadera, más si se marca el hueso y mucho más aún cuando lo toco y no siento que me sobre "chicha" porque no la hay. Después están mis piernas que, no sé cómo, creo que están más delgadas. No tonificadas. Ojalá. Quizá debería hacer algo a respecto. Parecen más delgadas porque puedo comenzar a ver ese thigh gap del que tanto se habla y debo confesar que me encanta. Es ridículo desear eso pero me encanta, me hace sentirme menos gorda. Y ahora estoy preocupada porque sé que si algún día esa tontería ya no está, significará que he ganado peso. Pero por el momento me siento feliz con mi cuerpo porque como igual y, aunque no tengo tiempo de hacer el ejercicio que me gustaría, he perdido algún kilo. ¿Que son navidades y engordaré? Sí, pero ya me encargaré en el año nuevo de volver a perderlo. Ya me ocuparé de hacer lo posible para querer a mi cuerpo tal y como es.

(foto sacada de Tumblr)

domingo, 16 de diciembre de 2012

Amor platónico

Podría quedarme mirándote durante mucho tiempo y no me cansaría pero sé que a ti se te haría realmente incómodo. Sé que ya te lo parece cuando de vez en cuando dirijo mi mirada en tu dirección pero es justo cuando tú miras y me hace sentir ridícula. Tú casi nunca me miras y si lo haces es por casualidad. Sé que soy invisible para ti y cada vez que pasas por mi lado, tú me ignoras, pero yo a veces, solo a veces, te miro. Siempre es cuando vas hacia la puerta, llevas una manzana en la mano y sueles ir hablando con tu compañero. Intento no pensar que estás pasando por mi lado porque sé que si lo hago, puedo llegar a ponerme nerviosa y no quiero que nadie lo note aunque sospecho que una de mis compañeras lo piensa. A veces, si tengo suerte, pasas tan cerca que llego a sentir el olor de tu perfume. Quite girls have the loudest minds. Y no sabes como de cierta es esa frase. Yo soy la chica invisible y calladita de clase pero me guardo todos mis pensamientos. Soy la chica que a penas abre la boca ni cuando le toca, pero desearía poder acercarme a ti algún día y, aunque solo sea, saludarte. ¿Alguna vez llegarás a pronunciar mi nombre? Me lo pregunto muchas veces. ¿Sabes quién soy? ¿Si me vieras por la calle, me reconocerías? ¿Lo harías?


lunes, 10 de diciembre de 2012

Intentar de nuevo

I've been wasting a lot of time looking in mirrors and hating on me.

Voy a intentarlo una vez más. Dicen que todo va bien si acaba bien así que voy a hacer de este mes el mejor. Últimamente estoy recibiendo muchos palos y duele. Podría decirse que me siento rota y vacía por dentro pero, oye, si la vida te da limones, añádele vodka, ¿no? Ya dije que iba a superar estas "depresiones" y sí, puede ser difícil, pero de eso se trata, de caer y volver a levantarme. De aprender del dolor, de cambiar. Y eso es justamente lo que voy a hacer a partir de este último mes y el próximo año nuevo: cambiar. Pienso tener una actitud nueva, olvidar el pasado, aprovechar las oportunidades, afrontar las cosas, no esperar nada de nadie, creer en mí. Y si en algún momento pienso en rendirme, que alguien venga y me de una bofetada. No quiero permitirme caer tan hondo otra vez porque se pasa mal y ya he sufrido bastante,  ahora me toca vivir. Es mi momento. Ahora decido yo y decido ser feliz.

I think I'm just gonna start doing things like I'm never gonna get another chance to.

viernes, 7 de diciembre de 2012

El amor no existe

Para los que sienten soledad, los que creen que perdido estás. 
Para los que ya tocaron fondo y sienten que ya perdieron todo.

El amor no existe. No para mí. Llevo mucho tiempo esperando conocer a alguien "especial", alguien que me necesite. He malgastado muchísimos deseos en ello. Es solo cuestión de tiempo, me dicen siempre pero yo estoy harta de esperar. Nadie entiende lo que me pasa, nadie podrá entenderlo nunca. ¿Cuándo me tocará a mí? Tengo casi dieciocho años y me siento sola. Empiezo cada año pensando que esta vez será distinto, quizá esta vez salga bien, pero termina igual. Nada cambia. Esas chicas que nunca necesitan a nadie, esas que son felices consigo mismas, esas son las que tienen alguien a su lado. Yo no tengo a nadie. ¿A qué coño juega el destino? ¿Por qué me hace esto? ¿Le gusta verme llorar? Porque es lo que ha logrado. Esto solo hace que cada año me deprima más y me odie más a mí misma. Solo hago que pensar qué hago mal, qué digo, por qué he de ser así. Desearía que por una vez se me diera una oportunidad, desearía no ser tan ridícula, tan torpe, dejar de estropearlo todo. Yo solo quiero ver como se siente.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Días hasta Navidad

Deja su taza vacía sobre la mesa y con las marcas del chocolate caliente aún en la cara, se levanta algo patosa y va rápidamente a coger su calendario de adviento. Vuelve sonriendo, sujetándolo con ambas manos y mostrándolo. Vuelve a sentarse en el sofá de cuero blanco, junto al árbol de Navidad recién montado. Árbol de plástico de color verde brillante, decorado con pequeñas bolas rosasazul cielo, lilas y blancas a topos rojos; cintas de diferentes colores y en la punta una estrella dorada con purpurina. También hay colgados algunos calcetines rojos en la parte inferior del árbol; calcetines que esperan al día de Navidad para ser llenados con chocolates y chucherías. Una vez bien acomodada en el sofá, la pequeña niña comienza a buscar en su calendario el día de hoy. Se muerde el labio inferior nerviosa y cuando encuentra el número indicado, clava la uña en la pequeña ventana y la abre ilusionada. Dentro hay una pequeña chocolatina con el dibujito de un regalo. La niñita la coge con sus manitas y se la lleva directamente a la boca, donde saborea ese dulzor que la hace sonreír. Se le hace eterna la espera para Navidad pero está contenta porque almenos puede ir contando los días.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Diciembre


¡Bienvenido sea mi querido diciembre! Para este mes sí tengo grandes expectativas, igual que las tengo cada año. Diciembre ha de ser mi mes, lo necesito, siempre ha de serlo. Para mí, diciembre es el mes para terminar todo lo que empezamos, para reorganizarnos una vez mes, decir adiós al pasado y decir hola al futuro. Es el mes del frío, de las luces de colores, del calor del hogar, de los chocolates y los mantecados, de las comidas familiares, los amigos invisibles y el cariño. ¿Quién ha dicho que el frío ha de impedirnos hacer lo que queramos, que no podemos salir, pasárnoslo bien? Despejemos nuestras mentes, dejémonos llevar. Pensemos ahora que tenemos una oportunidad nueva, que todo vuelve a empezar para todos, podemos volver a replantearnos los problemas, buscar nuevas soluciones, probar de nuevo. Pidamos deseos una vez más y esperemos a que se hagan realidad. Sigamos al corazón y dejémonos de tonterías, ¿a qué esperamos? Olvidemos y sigamos adelante.

December: month of lights, snow and feasts; time to make amends and lie loose ends;
 finish off what you started and hope your wishes come true.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Insomnio

¿Puedes hacer el favor de callarte? ¡Por favor! ¡Quiero dormir! Cállate de una maldita vez y descansa. Venga, intentémoslo. Respira profundamente y deja la mente en blanco. Así, muy bien, visualiza solo el color blanco, no pienses, no pienses... ¡No cantes tampoco! ¡Olvida esa estúpida canción! ¡Va! Pongámonos serios de una vez. Vuelve a poner la mente en blanco. Bien, ahora comienza a contar lentamente, dicen que funciona para conciliar el sueño. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... Prueba en darte la vuelta, quizá si estás de lado da resultado. Mmmm... no, no sirve de nada. ¡No! No pienses en mañana ahora, ya tendrás tiempo. No pienses en qué harás. No pienses en qué te gustaría que pasara. No te imagines nada, ni pienses en nadie. ¡Mierda! Cuando digo nadie no quiero decir él, ni tus amigas. Nadie es nadie, tómatelo al pie de la letra. Estás aquí, tumbada el cama. Si consigues dormir ahora podrás dormir ocho horas, que son las necesarias. No te puedes permitir perder un segundo más. Venga. Quizá tienes calor, saca los brazos. Ah bueno, no, que así tienes frío. Es igual. Haz el favor de dejar de pensar. Piensas demasiado tú, ¿eh? ¡No! ¡No! Ahora no comiences a rallarte. El pasado pisado, déjalo. El día ha acabado, ahora toca descansar. Ya te preocuparas mañana si eso, pero duérmete de una maldita vez. Por favor, te lo ruego, duérmete. Lo necesitas. Si no duermes te saldrán ojeras, estarás fea. Hazme caso. ¡Cállate de una vez y duerme! Bien, así, relájate, respira hondo, descansa, siéntete como si estuvieras flotando, déjate perder entre sueños...


lunes, 19 de noviembre de 2012

Buenos días

El despertador comienza a sonar por tercera vez y yo me veo obligada a levantarme una vez más para apagarlo. Vuelvo a la cama. Fuera hace frío a las siete de la mañana pero aquí dentro se está calentito. Me cubro el cuerpo con el edredón recién lavado que desprende un agradable olor a limpio, cosa que me atrae aún más a quedarme allí tumbada. Se escucha el silencio de mi casa vacía alternándose con el sonido de mi respiración profunda. Mi mente se encuentra en debate consigo misma para decidir si quedarme allí un ratito más o levantarme finalmente y empezar el nuevo día. Cinco minutitos. Piensa. Las sábanas de franela son las culpables de que decida quedarme acurrucada. Tumbada de lado con las piernas dobladas, una mano sobre mi estómago y la otra debajo de mi almohada para conseguir levantar un poquito más la cabeza, cierro los ojos nuevamente lamentándome por no haberme acostado antes anoche. Mi mente en blanco comienza a perderse entre pequeños sueños sin sentido con mezclas de colores y movimientos. Todo se vuelve confuso e inconsciente. Mi mente vaga por simples recuerdos y deseos. Mi cuerpo queda dormido lentamente, sin sentir cosa alguna. Imágenes comienzan a reflejarse y las siluetas se hacen más visibles. Me siento aliviada y libre.
Pip, pip, pip. Pip, pip, pip. Vuelve a sonar el despertador.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Lista: quiero / no quiero

Quiero
1. Sonreír cada día.
2. Más pendientes en las orejas.
3. Más collares de búhos.
4. Que alguien me dedique algún día What makes you beautiful Little Things de One Direction 
5. Que me feliciten a las 12 de la noche el día de mi cumpleaños en persona.
6. Que me hagan un fotolibro, un álbum de fotos o un vídeo con fotos.
7. A Hilary Duff firmando libros en Barcelona.
8. Ser recordada.
9. Libros.
10. La película de Grease.
11. Conciertos de Ed Sheeran, Taylor Swift y Miley Cyrus en Barcelona.
12. Viajar a Londres, Roma, Oslo y París.
13. Conocer un chico que sepa bailar.
14. Llegar a publicar un libro algún día.
15. Más vestidos y tacones.

No quiero
1. Ser olvidada fácilmente.
2. Volver a caer en depresión.
3. Llorar hasta quedarme sin lágrimas.
4. Rallarme por cosas sin importancia.
5. Que me dejen preguntándome por qué.
6. Que me cuenten los finales de los libros.
7. Sentirme ridícula.
8. Sentirme pequeña.
9. Suspender en la universidad.
10. Emborracharme y acabar vomitando.
11. Decepcionar ni ser decepcionada.
12. Contar mis problemas y que me digan que son niñerías.
13. Engordar.
14. Arrepentirme de lo que no he hecho.
15. Pensar en lo que no pudo ser.

sábado, 17 de noviembre de 2012

La carrera de las palabras

"Dilo... en voz alta. Dilo."

Las palabras que salen de su boca se atropellan entre ellas intentando ser las primeras en pronunciarse. No saben esperar su momento indicado, solo quieren dejarse llevar, salir de allí. La historia es larga y no quieren hacerse esperar porque quizá quien esté escuchándolas no las encontrará adecuadas, agraciadas, y querrá deshacerse de ellas lo más pronto posible. Por eso, prueban a salir de la boca rápidamente, una tras otra, sin pausa alguna que pueda indicar el final. Se apresuran demasiado, pronunciándose una encima de la otra sin llegar a entenderse lo que significan. La historia comienza a carecer de sentido una vez las palabras han empezado a perderse en el desorden de las frases y se ven obligadas a parar y volver a organizarse adecuadamente para hacer más sencilla la comprensión. Palabras sencillas, cortas, comodines. Lo que sea necesario para terminar lo antes posible sin aburrir. Onomatopeyas, abreviaciones. Así será más rápido. Así será más sencillo. Así lograrán captar la atención, ser oídas y quizá conseguir permanecer en la mente de quien las haya escuchado.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Hola autoestima

Pick up the pieces and I'll put myself back together.

Estoy completamente harta y cansada de despertarme por las mañanas y desear que termine el día para así poder volver a dormir porque no me apetece estar despierta. Estoy cansada de tener que fingir una sonrisa cuando es suficientemente obvio que no estoy de humor. No tengo ganas de continuar reprimiendo las lágrimas para dejarlas ir una vez estoy sola en el cuarto de baño, sentada en la esquina entre la puerta y la pared del radiador. No me apetece mentir y soltar excusas como Solo estoy cansada o Me he despertado con el pie izquierdo para no haber de repetirme una y otra vez contando mis penas. Solo tengo diecisiete años y si me paro a pensar en todo lo que todavía me falta por vivir, no quiero hacerlo de esta manera. No quiero que este dolor siga viviendo dentro de mí y cada vez que intente enfrentarlo, sea él quien gane. Así que pienso levantarme cada mañana con una sonrisa en el rostro, pensando lo mejor de lo peor, dejando que las cosas sean como hayan de serlo, ignorando aquello que duele y centrándome en lo que me hace feliz, dejando atrás el pasado, y esperar mi golpe de suerte. Olvidar lo malo, evitar preguntarme por qué, y así poder despertarme con ganas de hacer cosas y de seguir adelante. Necesito tiempo, solo eso.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

El olor del invierno


Abro rápidamente la puerta pues llevo algo de prisa y nada más poner un pie en la calle siento como el frío del ambiente me golpea el rostro, dejándomelo congelado en pocos segundos. La temperatura debe de ser de unos 10º centígrados, siendo las seis y cuarto de la tarde. No hace viento, por suerte, pero el frío de las calles puede olerse perfectamente. Sí, puede olerse. Cuando una inspira, recoge el oxígeno frío del aire que llena los pulmones de frescor. Ese que te golpea fuerte y hace despertarte sin opción alguna. Ese frescor que te invita a ponerte bufanda, gorro y guantes para conseguir estar más calentita. El que te indica que el invierno está por llegar y con él vendrá el ambiente un poco seco, quizá algo de nieve, los amaneceres a las ocho de la mañana, los atardeceres a las cinco de la tarde, el vaho que sale de tu boca nada más salir a la calle, la nariz colorada por el frío, las ganas de quedarse en casa para hacer maratón de películas. Noviembre es un mes que deja atrás octubre y da paso a diciembre, siendo un intermediario entre otoño e invierno, aquel que te muestra ambas partes: la lluvia, la caída de hojas y el color anaranjado del otoño con el frío, la nieve y el color azul del invierno.

martes, 6 de noviembre de 2012

¿Bridget Jones ridícula?

"A mí no me gusta leerme Bridget Jones porque, simplemente, ella no me cae bien. Me parece ridícula. Lo único que hace es quejarse una y otra vez de las mismas cosas y eso hace que siempre tenga los mismos problemas. Bridget no se para a pensar en qué está haciendo mal e intenta buscar una solución, solo continúa haciendo lo mismo y después se queja. Es ridícula y me aburre." Comentaba hoy una chica en clase de inglés cuando el profesor ha preguntado si nos estaba gustando el libro. El comentario de esa compañera me ha sentado realmente mal, como una patada en el estómago para ser más exacta. Yo me siento muy identificada con Bridget Jones, por como se siente al no tener novio, por lo que piensa cuando le preguntan sobre su vida amorosa, por como se resguarda en el alcohol y el tabaco cuando se siente sola y no se encuentra bien, por como no le gusta su cuerpo y tiene obsesión con el peso. La gran parte del tiempo que paso leyendo el libro no puedo evitar pensar que yo opino lo mismo. Pero entonces eso significa que esa chica pensaría lo mismo de mí si me conociera. Quizá ella opine que es fácil buscar soluciones a este tipo de problemas una vez se han clavado en tu mente y sabes que no se van a ir, pero no lo es, en absoluto. Es una de las cosas más difíciles que existen. Buscar soluciones a el "nadie me quiere, me siento sola", al "estoy, me veo y me siento gorda", al "hoy voy a beber alcohol para olvidarme durante un momento de mis problemas". Soy como Bridget Jones yo, intento e intento pero no puedo. Me quejo, pienso demasiado y me deprimo. Aunque quizá deba realmente pararme a pensar en el comentario de mi compañera y poner mayor empeño.

"Talk about grass is always bloody greener. The number of times I've slumped, depressed, thinking how useless I am and that I spend every Saturday night getting blind drunk and moaning to Jude and Shazzer or Tom about my chaotic emotional life; I struggle to make ends meet and am ridiculed as an unmarried freak..." - Bridget Jones's Diary.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Bienvenido Noviembre

Octubre no resultó el mes positivo que yo esperaba, sino más bien todo lo contrario. Todo lo que esperaba que no ocurriera, pasó. Deseé que los recuerdos ni el pensar demasiado me arruinaran los días, deseé ser positiva ante todo, deseé que mi autoestima aumentara, deseé no despertarme por las mañanas pensando en quién no piensa en mí. Ninguno de estos deseos se hizo realidad. Los recuerdos me mataban cada mañana nada más abrir los ojos, cosa que causaba mi negatividad, que a la vez va ligado a la autoestima, al preguntarme qué he hecho mal, por qué no soy lo suficientemente buena. Ahora, finalmente, ha terminado el mes y empieza uno nuevo. Sinceramente, no tengo esperanzas para noviembre pues pienso que si las tuviera, quizá ocurriría como en octubre. Creo más oportuno esta vez dejar que las cosas sucedan como hayan de suceder, que el tiempo pase y este decida qué es lo más apropiado.
Por otra banda, esta vez vuelto a repetir dentro de mi cabeza Dear November, please be good. Es mi mayor deseo en este momento, ser feliz. Así que voy a buscar una canción que me motive, pienso subir el volumen al máximo, voy a vestirme y arreglarme, y voy a comenzar el mes sonriendo.


sábado, 27 de octubre de 2012

Dos semanas

Debí haberlo supuesto. Fue lo último que escribí. Cansada de que fuera siempre lo mismo, apagué desmotivada el Internet del móvil e intenté olvidar todo buscando alguna canción. No encontré ninguna, así que una oleada de pensamientos deprimentes invadió mi cuerpo y no pude evitar romper a llorar. Me sentía realmente ridícula por llegar a pensar que, solo por una vez, algo podría funcionar. En mi mente resonaba su nombre, no podría hacerla callar. No debí haber continuado la conversación, ni haberla empezado. Quizá hubiera sido todo diferente.
Ahora han pasado dos semanas desde entonces. Ninguno de los dos ha hablado. Movió ficha rápido, se olvidó de mí al día siguiente. Yo, por lo contrario, me acordaba cada mañana al despertarme y cada noche al acostarme, deseando que nos cruzáramos por casualidad en algún sitio, deseando que iniciara nuevamente alguna conversación. Cada vez que escuchaba mi móvil sonar, tenía esa pizca de esperanza dentro de mí que me hacía creer por un segundo que era él. Totalmente equivocada. Se ríen de mí cuando afirmo que "construyo grandes expectativas que después se derrumban en frente de mí" pero es la frase que más puede describirme. Soy realmente ingenua y estúpida. Y así es como puedo justificar mi escepticismo.


"Debo confesar que en mis sueños, me acaricias el rostro y
me preguntas si quiero volver a intentarlo."

miércoles, 17 de octubre de 2012

Depresión... otra vez

Levanto la cabeza y me miro al espejo. Mis ojos están completamente rojos, resaltando el marrón oscuro del iris. Me muerdo el labio inferior, que está algo irritado, y veo caer lentamente una lágrima negra. El rímel de las pestañas ha acabado mezclándose con las gotas saladas de mis ojos tras haberse resistido. Intento respirar profundamente para poder calmarme pero se me hace realmente imposible. La lágrima sigue cayendo por mi mejilla derecha y yo la observo con atención. La parte de las ojeras está completamente negra a causa del maquillaje. De fondo escucho la música que viene desde mi habitación. If it's over, let it go and come tomorrow, it will seem so yesterday. Repito las palabras dentro de mi cabeza una y otra vez, intentando llevarlas a cabo. Laugh it off and let it go and when you wake up it will seem so yesterday. Pero en este momento es totalmente imposible sonreír. Estoy empezando a sentir aquel vacío que hacía meses había desaparecido sin saber por qué. Un hueco en el estómago que no se puede llenar. El vacío duele y lo peor de todo es no saber cómo volver a llenarlo. Ni la comida ni el alcohol pueden hacer nada al respecto. Me siento indefensa, expuesta al dolor, sabiendo que en esta guerra va a ganar él y yo soy la que intenta ahogar sus penas, llorando. Haven't you heard that I'm gonna be okay?



Torpe

"Vía 1, Terrassa." Escucho la voz de la grabación en la estación que anuncia la llegada de mi tren en pocos segundos. "Vía 1, Terrassa." Repite. Me levanto de uno de los bancos de hierro en el que he estado sentada durante un cuarto de hora a la espera de mi tren para poder llegar a casa después de un largo día en la universidad. Agarro mi mochila tejada de uno de los tirantes y me la coloco. Mi tren comienza a entrar en la estación, aminorando la velocidad a medida que se acerca. Cojo mi carpeta verde, que la había dejado en el banco, y mi chaqueta con la misma mano. Mi tren se para y la chaqueta se me resbala. Cae al suelo. Me agacho rápidamente, la cojo con la otra mano y me apresuro a subir. Una vez dentro, me siento en uno de los asientos junto a la puerta pues me he de bajar en la próxima parada. Bajo el asiento y cuando voy a sentarme, lo hago encima de una de los tirantes de la mochila, obligándome a agacharme ridículamente, mientras la mujer que está sentada frente a mí se ríe. Me quito la mochila, intentando disimular, aunque no tengo mucho éxito. La dejo caer al suelo, y apoyo mi carpeta sobre las rodillas pero la chaqueta se lía y me queda hecha una bola. Resoplo y la coloco bien, pero durante el proceso, se engancha a una de las gomas de la carpeta y solo puedo hacer que tirar de ella. "Propera estació Sabadell Nord." Escucho. Me apresuro a coger todas mis cosas de nuevo y una vez levantada, tropiezo con mi propio pie, justo en el momento en el que el tren frena, y no puedo evitar casi caerme de morros contra la puerta.

Having no boyfriend

"I will not sulk about having no boyfriend, but develop inner poise and authority and sense of self as woman of substance, complete without boyfriend, as best way to obtain boyfriend." - Bridget Jones's Diary.

¡Oh, Bridget! ¿Por qué me sentiré tan identificada contigo? Me es realmente frustrante pero me siento una versión de ti más joven, aunque, obviamente, sin beber tanto alcohol ni fumar. Bueno, lo del alcohol podríamos discutirlo, pero yo no bebo X cantidades al día, sino sólo cuando salgo (que ojalá fuera cada semana). Soy igual de patosa e insegura, también como muchísimo (aunque peso como unos 10 kilos menos, por suerte) y tengo la  misma mala suerte (obviamente, su mala suerte del principio del libro puesto que después todo aquello cambia). Me pienso las cosas una y otra vez, y me pregunto qué he hecho mal para merecer esto. Y, a pesar de que la fortuna no está de mi parte, hay una parte de mí que sigue viva y que cada día cuando me despierto, me hace hace pensar que todo va a salir bien, todo se va a solucionar. Esta pequeña parte se llama esperanza.
La frase escrita al principio de esta entrada se encuentra en la primera página del libro, cuando Bridget hace sus propósitos de año nuevo, y he de confesar con algo de timidez que ese propósito me lo hago yo cada día. Yo soy de esas ingenuas que creen que si no piensan mucho o no hablan de alguna cosa, aquello puede cambiar. Creo que si no pienso que no tengo novio (más que pensar, sería recordármelo las veces que sea necesario hasta caer en depresión) y empiezo a ser independiente, siendo una mujer segura de mí misma, esa será la forma de conseguir novio. Todo mentira.

jueves, 11 de octubre de 2012

La llama de la vela


Cojo con la mano derecha el mechero rojo guardado en uno de los cajones de la cocina y me acerco a la vela ya colocada sobre el pastel de cumpleaños. Muevo rápidamente el dedo, haciendo que el mechero se encienda y aparezca una cálida llama. La acerco lentamente y veo, como si dos polos opuestos se unieran y en cuestión de un segundo, la llama, en continuo movimiento, acaricia la mecha, haciendo que ésta comience a calentarse y cambie de color hacia uno más oscuro como el del carbón tras arder, negro desgastado. De las partes más cercanas de la mecha comienzan a saltar pequeñas chispas doradas que con el tiempo terminan siendo llamas, uniéndose unas con otras para crear una única, la cual desprende un calor confortable. Ésta, con una mezcla de color rojizo-amarillento, comienza a moverse rápidamente en su pequeño espacio, aumentando y disminuyendo a medida que va alimentándose del oxígeno que encuentra a su alrededor. La mecha empieza a torcerse y enrollarse, mientras que el calor desprendido se encarga de derretir la cera para así poder mantener esa llama viva.

sábado, 6 de octubre de 2012

Cambios

"I was expecting nothing to change but I guess this is what things are supposed to do."

Estos últimos días he estado quedando con algunas de mis amigas ya que pretendemos no separarnos más de lo que estamos a causa de los estudios, pero no puedo evitar sentirme incómoda cuando estoy con ellas. Cuando nos hemos visto, he sentido como si todo hubiera cambiado pero me paro a pensar y me pregunto, ¿realmente ha habido tiempo suficiente para cambiar? Supongo que cada una está intentando llevar su vida nueva pero yo esperaba que todas continuáramos estando igual aunque con algo menos de tiempo. Ahora veo más que nunca que no debo esperar que las cosas sigan siendo como lo han sido siempre porque quizá así es cómo está destinado a ser, todo ha de cambiar. El tiempo sigue adelante y las personas hacen lo mismo, pero yo tengo la impresión de que doy un paso y retrocedo dos. Me aferro al pasado, queriendo que éste no cambie pues me siento demasiado cómoda y quizá, de alguna manera, tenga miedo de enfrentarme al futuro. Por otra banda, también cabe la posibilidad de que yo haya sufrido ese cambio también pero que esté demasiado ciega como para verlo. Puede ser que esté estancada entre mi antiguo y mi nuevo yo. Una rara mezcla de un "quién quiero ser" y el "quién he sido siempre", y para poder seguir adelante deba dejar ir el pasado.

Lista: me gusta / no me gusta

Me gusta
1. El sonido de la lluvia por la noche.
2. Tener buena memoria.
3. La música como despertador por las mañanas.
4. Aprender nuevos idiomas.
5. Los chicos que huelen bien.
6. Tener alguien en quien poder contar cuando lo necesite.
7. Ir en tren.
8. Cantar y bailar.
9. Escribir.
10. Que me llamen "bonita" o "cariño".
11. Las novelas del siglo XIX (románticas y realistas)
12. Los musicales.
13. Que me recuerden.
14. Los vestidos cortos y los tacones.


No me gusta
1. Ver como mi tren se va justo cuando llego al andén.
2. Tener buena memoria.
3. Que me digan que me llamarán y luego no lo hagan.
4. Las cancelaciones de planes en último momento.
5. Que me ignoren.
6. Sentirme sola.
7. Las películas de amor.
8. Sentir que soy invisible.
9. Las depresiones.
10. Que el Internet del móvil me vaya lento en la universidad.
11. No poder viajar donde quiero.
12. No ser alguien especial en la vida de nadie.
13. Verme gorda.
14. Que me importen demasiado las cosas.

domingo, 30 de septiembre de 2012

October wishes

Domingo 30 de septiembre, nueve y cincuenta y uno de la noche.
Estoy sentada en mi silla frente al escritorio con el portátil encendido e intentando escribir algo nuevo antes de que termine el día. Hoy uno de los temas más hablados en la red social de Twitter han sido los deseos para este próximo mes que está a punto de empezar en a penas dos horas. Sinceramente, me considero fan de esas fotos que rebloguea la gente en Tumblr poniendo frases como "Please October, be good to me" pues yo soy una de esas personas que desean con todas sus fuerzas que realmente sea así. Me considero bastante ingenua al pensar que sólo por repetir esa frase una y otra vez dentro de mi cabeza, ese mes vaya a ser "bueno para mí". Pero prefiero pensarlo así ya que al menos tengo esa esperanza.
Mis deseos para este nuevo mes no se alejan del intentar ser feliz con lo poco que tengo, del probar no pensar demasiado las cosas pues sé que si las mantengo dentro de mi cabeza no voy a conseguir mi primer deseo, intentaré no despertarme por las mañanas pensando en personas que sé que no piensan en mí, además de no pronunciar sus nombres por la misma razón; me centraré más en mis estudios aunque obviamente pienso pasármelo en grande cada vez que salga de fiesta. Quiero ser positiva y no dejar que la baja autoestima, los comentarios, los recuerdos y el pensar demasiado me arruine los días.
Así que una vez pedidos estos pequeños deseos, estoy a punto de apagar el portátil, ponerme el pijama e irme a mi cama a dormir para poder empezar con buen pie octubre.


sábado, 29 de septiembre de 2012

Más vale tarde que nunca.


Allí viene ella con los ojos tapados con un antifaz negro y cogida de la mano de una de nuestras amigas, quien ha conseguido traerla hasta casa de una de nosotras, donde le hemos preparado una comida sorpresa para celebrar su cumpleaños que fue hace un mes. Se nos da bastante bien eso de celebrar cumpleaños tiempo más tarde, pero por pequeños problemas no pudimos hacerlo antes. Yo sujeto mi móvil con ambas manos mientras grabo su reacción una vez nos ve a todas allí esperándola para darle la sorpresa. Sonríe y comienza a reírse. La chica que la acompañaba la abraza y ella nos mira. Una vez se quita la chaqueta y deja el bolso sobre una silla, nos sentamos todos en la mesa y comenzamos a comer. No paramos de hablar, hacer bromas, reír y pasarlo bien, comentando también todos las fiestas de cumpleaños que están a punto de venir a partir del mes siguiente. Cuando terminamos de comer lo que hay en los platos, una amiga y yo nos dirigimos a la cocina. Cogemos dos velas con los números uno y nueve, y tras haberlos colocado sobre el delicioso pastel de chocolate, las encendemos. Llevamos el plato al comedor, cantándole a nuestra amiga Cumpleaños feliz y una vez terminamos, ella pide un deseo y sopla las velas.

Pesadilla

Tras parpadear un par de veces, abro completamente los ojos. Mi habitación está completamente oscura ya que las persianas están bajadas, así que muevo mi brazo izquierdo hacia la pared y después de acariciarla durante un rato buscando el interruptor, lo encuentro y puedo encender la luz. Cojo el reloj que se encuentra en una de mis estanterías más cercanas y miro la hora. Siete y media de la mañana. Aún me quedan dos horas más para dormir antes de que suene el despertador. Apago la luz y empiezo a recordar por qué me he despertado:
Estaba con una de mis amigas en el tren de camino a Sant Cugat del Vallés. Aquí el sueño se vuelve borroso, y cuando puedo volver a visualizar las cosas, estoy con otras de mis amigas caminando por una de las calles de ese mismo pueblo (calles obviamente imaginarias pues a penas he visitado ese sitio, sólo la estación de los ferrocarriles y poco más). Es de noche y todas vamos vestidas cómo si estuviéramos en una fiesta. Aunque realmente, estábamos de camino hacia una, así que en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos ya allí. Fue entonces cuando me giré y le vi allí con sus amigos. Comenzó a sonar Dancing with tears in my eyes de la cantante Ke$ha y de mis ojos empezaron a brotar pequeñas lágrimas. Le veía cómo se alejaba de mí a pesar de haberme visto y yo lo único que podía hacer era aparentar que no me importaba.
No fue una buena idea recordar el sueño, pienso, pues ahora siento como un vacío en mi estómago que sé que va a tardar bastante tiempo en volver a llenarse.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Chupitos


Todas tenemos en nuestras manos un chupito de vodka y blue tropic. Nos miramos las unas a las otras. 3...2...1... Hacemos la cuenta atrás y una vez terminada, nos animamos a bebernos ese chupito. Lo acabamos rápidamente. Volvemos a mirarnos y no puedo evitar empezar a reír al ver las caras de asco que estamos poniendo todas. Unas sacamos la lengua y cerramos los ojos, haciendo saber así que no nos ha gustado, y otra simplemente ponen mala cara y se tapan la boca con una mano. Miro alrededor y veo a algunos chicos-hombres (no sabría bien cómo decirlo pues hay gran variedad de edad en aquel pub de Barcelona) observándonos mientras sonríen pues acaban de ver nuestra reacción.  Dejamos los "vasitos" en la barra y decidimos salir de allí rápidamente pues la única música que suena allí es reggaeton y, sinceramente, es uno de los últimos tipo de música que querríamos bailar aquella noche.

sábado, 22 de septiembre de 2012

En el tren.

Tras haber apretado el botón verde, se abren ambas puertas y toda la gente empieza a amontonarse alrededor, empujándose unos a otros, intentando ser los primeros en conseguir entrar. Una vez dentro, busco un asiento libre y al ver que sólo queda uno, me apresuro para poder sentarme. Sinceramente, me consideraría una persona bastante perezosa pues desde esta primera estación, he de bajarme tres después y, en realidad, podría dejarle aquel asiento a alguien que tuviera un trayecto mucho más largo que el mío, pero ahora mismo son las diez y media de la mañana y sé que hasta que no lleve más tiempo despierta, aún no podré considerarme "persona". Se escucha el sonido que indica que las puertas van a cerrarse en unos segundos, y así sucede. El tren se pone en marcha y en seguida llegamos a la siguiente parada pues ésta se encuentra muy próxima a la primera. Miro a mí alrededor mientras el tren sigue con su trayectoria. A mí lado hay un chico negro sentado con las manos apoyadas en sus piernas que están algo separadas. Delante de él hay un hombre mirando por la ventana mientras sujeta con la mano derecha su iPhone, con el cual empieza a escribir cuando le llega un mensaje nuevo. Durante un segundo, dirige su mirada hacia a mí y después sigue con lo suyo. Enfrente hay una chica bastante maquillada. Se toca el pelo algo nerviosa mientra también mira su teléfono móvil. Sonríe de vez en cuando. Cuando ésta va a escribir algo, se le resbala el paraguas que sujetaba con sus piernas y cae sobre mis pies. Se agacha rápidamente y se disculpa. Yo le sonrío, haciéndole saber que no pasaba nada, no hay problema. Esa misma chica no está siendo sólo observada por mí, sino también por otra chica, algo más joven, que está a su izquierda. Ésta tiene cara de dormida, algo embobada pues mira de un lado a otro con la boca entre abierta. También lleva bastante maquillaje aunque algo más natural. He de confesar que la primera vez que la vi dudé entre si tenía cara de dormida o estaba algo borracha, pero es jueves por la mañana y dudo que sea esta segunda opción. Estoy a punto de mirar al resto de sus acompañantes cuando veo por la ventana  la estación en la que me he de bajar, así que me levanto, cogiendo bien mi bolso y mi carpeta, y me dirijo a la puerta. Bajo tras haberse abierto las puertas, dejando allí a aquellas personas.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Frío


Le doy dos vueltas a la llave lentamente, intentando no hacer demasiado ruido, y abro la puerta de casa. Enciendo la luz de la entrada y me doy cuenta de que la puerta del pasillo está completamente abierta, así que decido darme prisa, volver a cerrar la puerta principal con llave y echar el pestillo, y me dirijo hacia mi habitación, la cual se encuentra a unos siete pasos en línea recta. Tras haber apagado la luz de la entrada, enciendo la de mi cuarto, que es la única que quedará encendida durante ese pequeño período de tiempo en el que me quito la ropa para poder ponerme el pijama aún de verano, me lavo la cara con una toallita húmeda para conseguir quitarme todo el maquillaje y me cepillo el pelo rápidamente, para poder deslizarme entre mis cálidas sábanas. Apago la luz y cierro los ojos pero no consigo conciliar el sueño. Mi mente le da demasiadas vueltas a lo ocurrido esa misma noche y hace que mi corazón se acelere de una forma que llega a asustarme. Respiro profundamente e intento dejar la mente en blanco, pero se me hace imposible. Por si no fuera suficiente, a pesar de que mis sábanas están calentitas, mi cuerpo tiene frío y es por eso que me veo obligada a levantarme para buscar en mi armario una manta. Vuelvo a la cama, pero no consigo dejar de tener frío. Me levanto nuevamente y esta vez busco en uno de mis cajones dos calcetines largos y una chaqueta que suelo utilizar para estar por casa cuando es invierno. Subo la cremallera de ésta para que no me moleste y vuelvo a meterme en la cama. Parece que esta vez mi cuerpo comienza a calmarse y a recuperar el calor, así que tras haber estado unas cuantas horas dando vueltas, consigo dormirme un rato.

UNO

Sentados los cinco en el frío suelo del Parc Catalunya de nuestra ciudad, a las tres y cinco de la madrugada de ese veintiocho de agosto, nos disponemos a sacar las nuevas cartas del UNO de su caja para iniciar unas cuantas partidas. El cielo está ligeramente nublado aunque se pueden apreciar algunas estrellas que brillan entre las luces de las farolas que iluminan el parque. Escuchamos un par de chicas reír escandalosamente, cosa que nos hace suponer que quizá estén algo borrachas. Esas risas se pueden oír más fuertes a medida que las chicas se acercan a unos columpios situados a pocos metros de nosotros. Las ignoramos y él, tras haber barajado las cartas, comienza a repartirnos las nuestras, dándonos siete a cada una. Observo las mías atentamente y comienzo a ordenarlas por color y después por número, dejando las cartas "especiales" (así como el "roba 2" o "cambio de color") a la derecha. Este tipo de cartas son graciosas, pues no son las del UNO normal, sino que son de playa y las de color rojo, por ejemplo, tienen un pequeño dibujo de un cangrejo en la parte inferior. Tras haber jugado unas cuantas partidas (añadiendo una nueva regla consistente en robar dos cartas más del montón si dices alguna de las palabras que habíamos puesto como prohibidas, así como "dos" o cualquier palabrota), decidimos recoger pero es entonces cuando él tuvo la gran idea de explicarnos que con aquellas cartas podíamos llegar a cortar alguna botella de vidrio si sabíamos cómo lanzarlas. Cogimos unas cuantas cada uno y comenzamos a lanzarlas al aire. Al no tener ninguna práctica, muchas salían desprendidas hacia atrás y otras simplemente ni se movían del sitio. Cuando todos nos quedamos sin nada entre las manos, recogimos todo lo que habíamos tirado al suelo, guardamos esas cartas nuevamente en su caja y volvimos a casa.

Supuesta historia

Ahora es cuando esa supuesta historia se encontraría en la parte donde Olivia Newton John canta esa canción tan bonita llamada Hopelessly devoted to you, pues tras haber pasado su mejor verano junto a ese chico al que conoció, ella se entera de que realmente él no es como dijo ser. La chica se lamenta una y otra vez, y se pregunta por qué una eternidad de veces. Mi cabeza dice 'Idiota, olvídale.' pero el corazón contesta 'No le dejes marchar.' dice la letra. Y es verdad que una vez te encuentras en ese estado medio hipnotizada, empiezas a verlo todo desde dos puntos de vista, sin saber cuál es el que realmente deberías creer. Sabes que soy una idiota que está dispuesta a sentarse y esperarte. Pues aunque sabes que esa persona ya no te busca, y aunque tú hayas llegado a aceptar ese hecho, dentro de ti hay una pequeña pizca de esperanza con la que esperas que todo vuelva a dar un giro y la suerte vuelva a estar de tu parte. Por otra parte, al comparar esa supuesta historia con la película Grease, puede una afirmar que a diferencia del final donde el chico y la chica terminan finalmente juntos, esa supuesta historia no tiene final, porque quizá, simplemente no comenzó nunca.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Amiga

"Al amigo no lo busques perfecto, búscalo amigo."

Realmente no sé cómo empezar esta entrada, así que supongo que primeramente diré gracias. Tener una amiga con quien poder contar siempre es verdaderamente una suerte, tener un hombro en el que llorar cuando una no puede más, alguien a quien acudir cuando se tienen problemas. Me alegra poder recibir consejos cuando los necesito, aunque lamento no saber yo darlos pues creo que para ello soy chica de pocas palabras; se me da mejor callar, escuchar y observar. Puede que alguno de tus consejos o comentarios me hayan mantenido despierta alguna noche ya que se me da demasiado bien eso de darle muchas vueltas a las cosas dichas y hechas, y que finalmente haya tomado decisiones que no eran mi idea en un principio. Por otra parte, sé que si algún día me apetece quedar con alguien, puedo contar contigo también, aunque detesto que siempre las cosas acaben siendo a tu manera. Todo fue dicho y discutido en su momento, y no voy a darle más vueltas en este momento. Realmente aprecio también que me cuentes tus nuevos planes y opiniones, aquellos que dices que aún no le contaste a las demás y me pides que lo guarde como un secreto. Quizá pueda sonar algo ridículo, pero me gusta verte tomar decisiones pues aunque nuestra amistad no haya sido tan duradera como la de muchas personas, es como si de alguna manera, te viera crecer. Como si viera crecer esa amiga de la infancia que nunca tuve, y he de confesar con timidez que eso me hace sentir algo más pequeña, pues es como si yo continuara siendo igual, mientras tú y todas tomáis decisiones, crecéis y avanzáis. Sólo espero que aunque el tiempo pase, podamos continuar como estamos ahora.


Palabras vacías


Cuantas veces habré comenzado a escribir, intentando hacerlo con la mayor exactitud posible, dando detalles de cómo se siente realmente, de cómo se ven las cosas desde mi punto de vista. Habré empezado a mover mis dedos sobre el teclado del portátil, apretando sobre cada tecla indicada para intentar que las palabras comenzaran a fluir y así conseguir desahogarme. Pero una vez llego a poner ese punto final, siento que lo recién escrito está vacío, no tiene sentido dejarlo leer, así que mi dedo índice se mueve hacía la tecla de borrado y se queda el tiempo necesario sobre ella, mientras yo miro como todo aquello que había dejado salir de mi interior se va borrando letra a letra. Una vez vuelve a estar todo en blanco, me quedo un tiempo mirando la pantalla, preguntándome si habré hecho lo correcto, no guardar aquello que había realizado y después borrarlo completamente. No dudo, y cierro la ventana pues realmente, hay una parte de mi interior que se queda pensando ¿a quién le hubiera interesado leer aquello?

lunes, 27 de agosto de 2012

Drunk

Tras terminarnos la botella de licor 43, saco el móvil de mi pequeño bolso blanco e intento averiguar qué hora es. Una vez consigo vislumbrar bien los números, anuncio que es hora de levantarnos e irnos si no queremos llegar tarde. Así pues, me agarro a la barandilla de las escaleras en las que estamos sentadas y hago fuerza para ayudar a ponerme en pie. Una vez lo consigo, siento cómo se me nubla la vista y al intentar dar un paso para ponernos en marcha, tropiezo con el vaso que había dejado en el suelo hace un momento y casi caigo. Mis amigas sonríen pero no me prestan demasiada atención ya que una de ellas se encuentra en peor estado que yo. La ayudamos a mantenerse de pie, llevándonosla con nosotras agarrada al brazo. Para cuando llegamos a la discoteca, vemos que hay una cola enorme que nos hace plantearnos si conseguiremos entrar, pero una vez dentro, dejamos nuestros bolsos en el guardarropa y nos olvidamos de todo. Es entonces cuando en un segundo, como un flash, recuerdo que él no va a estar esa noche. Al estar borracha, se hace todo más fácil así que no puedo evitar decirle a mi amiga que quiero que él esté allí. Ella sólo sonríe y me mira con los ojos brillantes. Me muerdo el labio pues, en realidad, no debí haber dicho eso, y cambio de tema rápidamente. Nos dirigimos hacia la pista de baile, mezclándonos entre todos y dejamos pasar el tiempo mientras nos perdemos en nuestros pasos de baile, sin importarnos cómo nos movemos o con quién bailamos, pues la noche es joven y hay que disfrutarla de principio a fin.


lunes, 20 de agosto de 2012

El sueño de Jennifer

Sentadas en los asientos del tren, decididas a bajarnos en la parada de Barcelona - Arc de triomf, mi amiga Jennifer, vestida con una blusa verde, unos leggins negros hasta la rodilla y unas zapatillas Victoria también del mismo color oscuro, me explica aquello que le había pasado la noche anterior. Ella habla y habla, pero yo sólo puedo sonreír y pensar que tiene loco a ese chico que sólo hace que decirle cosas bonitas. Le digo lo que tengo en mente, ella pone los ojos en blanco y continúa la historia. El vagón del tren va llenándose a medida que quedan menos paradas para llegar a nuestro destino y podemos observar que la mayoría de personas que ocupan los escasos lugar vacíos son chicos vestidos con ropa ancha, gorra, y llevando con ellos algún monopatín o bicicleta. Nos parece obvio que van a ir hacia donde vamos nosotras: a la quedada del vlogger Thous en Barcelona. Éste, además, iba a aparecer acompañado por sus colegas Sean, Mario y Colors. Jennifer comienza a ponerse nerviosa y no deja de repetirme una y otra vez que no se siente preparada para conocer a esos chicos de Youtube que tanto le gustan. Le pido que se relaje justo cuando llegamos a la estación donde nos bajamos (y todos los chicos que había dicho anteriormente también). Cuando salimos por la puerta, podemos ver como junto al arco del triunfo hay un gran pelotón de personas rodeando a uno de los vloggers: Colors. Nos acercamos allí rápidamente y empezamos a intentar colarnos entre la gran cantidad de gente. Damos algún que otro empujón y conseguimos entrar dentro, con aquel calor tan agobiante y comenzamos a notar cómo pequeñas gotas de sudor caen por nuestra frente. Intentamos llegar hacia el chico que está firmando autógrafos, pero se nos hace completamente imposible ya que cada vez que alguna persona sale de allí dentro, cinco intentan entrar y nosotras sólo recibimos codazos. Cuando estamos respectivamente cerca, decido pasarle la libreta de mi amiga a un chico que tengo delante mío y él nos hace el favor de acercársela a Colors, quién finalmente consigue firmárnosla. Salimos de allí lo más rápido posible y vamos en busca del siguiente vlogger: Sean. 


Sean se encuentra en la otra parte del arco de triunfo y por suerte para nosotras dos, hay mucha menos cantidad de gente. Esta vez es Jennifer quien se coloca delante de mí y va completamente decidida a conseguir el autógrafo del chico, mientras yo, pegada a su espalda (que conste que nos estaban chafando por todos lados y aquello hacía que sudáramos muchísimo más) intentaba sacarle fotos decentes al vlogger. La mayoría de ellas salieron movidas o el chico salía con la cara tapada con zapatillas que las personas querían que les firmara. Se le notaba algo agobiado y sudado pero él seguía firmando sin parar. Mi amiga consiguió que Sean le escribiera su firma mucho más rápido que con el anterior vlogger, salimos de allí también rápidamente y buscamos al siguiente, que resultó ser Thous.


Con Thous pasó más de lo mismo, empujones por todos lados (sobretodo en el pecho y hay que resaltar que al ser chica, eso duele muchísimo más) y sudor, mucho sudor, y no precisamente nuestro. Delante de mí había un chico con camiseta blanca y el pelo larguito al que le caían gotas de sudor de las puntas, y yo tuve que mantener las ganas de vomitar que me entraron en ese momento. Le pedí por favor que se acercara a Thous para que nos pudiera firmar la libreta y marcharnos de allí ya que al ser él el más conocido, tenía muchas más gente alrededor. Cuando conseguimos salir de allí, yo estaba completamente sudada. Los brazos y las piernas brillantes y mojadas, la cara muy colorada. La camiseta se me había agrandado como una talla más a causa de los tirones que daba la gente para acercarse al vlogger, y ahora iba enseñando la mitad del sujetador por detrás. Mis zapatillas Victoria que eran nuevas y blancas, ahora tenían un color marrón sucio que no me gustaba nada.


Por último, nos quedaba Mario, el cual decían que había estado vomitando antes porque se encontraba mareado. Jennifer y yo, como no lo encontrábamos por ninguna parte, decidimos ir tirando hacia la estación para volvernos a nuestra ciudad, pero justo en el camino, pasamos por el lado de unos chicos que hablaban sobre Mario, así que mi amiga se separó de mí rápidamente y les preguntó dónde estaba. Nos dirigimos hacia dónde nos habían indicado, y sí, allí estaba el chico de la gorra y cabello largo firmando autógrafos. Nos acercamos a él y cuando estaba a punto de firmarle a Jennifer en la libreta, se acercaron unos tipos, diciéndole a Mario que tenían que irse si no quería encontrarse más mareado. Mi amiga, que estaba nerviosa en aquel momento, les dijo que ella no se iba hasta conseguir el autógrafo y la foto con él porque había venido hasta allí para verle. Mario, le puso la siguiente dedicatoria en su libreta: "Jennifer, muchas gracias x venir! Tekieroor! Mariodickstroy" y se hizo una foto, siendo así ella la chica más contenta en aquel momento.


En nuestro camino de vuelta a casa, Jennifer no dejaba de recordar lo que había sucedido durante aquella tarde, sonriendo y repitiendo que todo aquello que habíamos sufrido, los empujones, el sudor, el calor, había valido la pena. Ella había podido conocer a cuatro de aquellos chicos que ella seguía por Youtube y que estaba tan emocionada por ver, y yo me alegro de haber podido estar a su lado durante aquella tarde para verla hacer realidad uno de sus sueños.

Cometer un mismo error

Quedarse pensando en lo que no pasó y pudo haber pasado duele. Duele mucho. Saber que se tuvo la oportunidad de probar algo nuevo, saber qué se siente, pero no haber sido capaz de hacerlo. Notar como esa misma oportunidad la agarraste con ambas manos pero se fue derramando lentamente entre tus dedos, y por culpa de eso perder el tiempo pensando una y otra vez en qué fue mal, cuál fue ese error, cuál fue el miedo, la inseguridad, los nervios. El llegar a comerte la cabeza de ese modo te lleva a cuestionarte ciertas preguntas sobre ti misma que hacen que pierdas la confianza. La timidez, era mi respuesta, no soy lo suficientemente buena. Así que cuando una vuelve a sentir que tiene una mínima oportunidad para intentarlo otra vez, no lo piensa dos veces y actúa directamente, pues si se tienen ganas de probar cosas nuevas, no se deja que el miedo vuelva a invadirte.

"Deja de centrarte en lo que podría ir mal y piensa en lo que podría salir bien."

viernes, 17 de agosto de 2012

Crítica: Cyberbully (2011)

Cyberbully (2011) es una película americana protagonizada por Emily Osment, Kelly Rowan y Kay Panabaker que tiene como tema principal el bullying en redes sociales. La protagonista de este drama recibe un ordenador portátil como regalo de cumpleaños y ésta decide crearse un perfil en una de las redes sociales más conocidas en su instituto. Es aquí cuando acepta la petición de un chico llamado James (que no ha visto nunca), con el cual establece una buena relación ya que éste la defiende frente a los malos comentarios que recibe por parte de la gente de su instituto. Las cosas empeoran cuando este mismo chico comienza a inventar rumores sobre la protagonista, causando que sea aún más odiada y hasta llegar al punto en el que se odia a sí misma.

Desde mi punto de vista, tras haber visto esta película por casualidad, no me parece tan mala. La trama es bastante buena, además de tratar un tema que puede ser criticado fácilmente. La actriz Emily Osment (que en mi opinión es buena actriz) sabe meterse dentro del papel de chica a la que acaba odiándose, destacándose en ese momento en el que intenta suicidarse tras publicar un vídeo llorando y despidiéndose de todos. Kay Panabaker no tiene tan buen papel ya que su personaje me pareció un poco ridículo por las pocas razones que tuvo para hacer lo que hizo.
Algo a criticar de esta película es que parece la típica historia adolescente. Chica marginada enamorada de chico popular, que pasa de ella pero realmente se gustan mutuamente. Me pareció que deberían haberse basado más en lo que siente la chica acosada con el problema del bullying.

Nota: 7.

Trailer

Mejor frase
"Hola, soy la verdadera Taylor Hillridge. No sé por qué todo el mundo me odia tanto... pero quizá ahora sí lo sepa porque también me odio a mí misma. Ya no veo una razón por la que intentar, o hablar, o respirar. Así que supongo que se acabó... adiós."

lunes, 13 de agosto de 2012

Montaña rusa

"Cierra los ojos y disfruta de la montaña rusa que es la vida." - Zayn Malik

Ahora. Ahora es cuando empieza.
Siente cómo ese vacío dentro de ti va poco a poco invadiéndote, haciéndote sentir nada. Tu cuerpo empieza a temblar, comienzas a tener esa sensación de falta de oxígeno en tus pulmones y se hace complicado respirar. Inspiras, expiras, pruebas de relajarte. Sentada en la silla de tu pequeña habitación, colocas los codos sobre el escritorio y te tapas la cara con tus manos, débiles ahora, intentando que esas lágrimas que sabes que no podrás reprimir no aparezcan en aquel momento. La puerta y las ventanas de tu cuarto están completamente abiertas y en cualquier instante podría entrar algún familiar, así que continúas escribiendo en el portátil, escuchando Lonely  del grupo británico McFly porque es la canción con la que te sientes más identificada ahora mismo. Sabías que esa sensación no iba a tardar en llegar pues últimamente habías tenido demasiada buena suerte. Las mismas inseguridades y dudas que sientes que te van matando lentamente cada vez que tienes ese vacío dentro de ti, vuelven a aparecer y miles de preguntas recorren tu mente. No sabes qué hacer, nunca lo sabes, la única solución que ves posible es echarte a correr al cuarto de baño más cercano, cerrar la puerta y sentarte en ese hueco que hay entre la puerta y la pared con el radiador, hundiendo la cabeza entre los brazos que has apoyado en las piernas y mordiéndote el labio inferior para que nadie consiga escucharte.


"Estoy cansada de estar sola, me va matando lentamente. [...] Ahora canto una canción triste, estas cosas nunca parecen durar tanto. Es algo que no había planeado. Ayúdame, estoy cansada de estar sola."

Lluvia de estrellas


Tumbados los cuatro boca-arriba sobre nuestras toallas de la playa que hemos colocado finalmente en un campo de fútbol que había junto a un parque en aquel pueblo vecino al de nuestra ciudad, nosotras tres una al lado de la otra y él junto a nuestras cabezas. La temperatura ha comenzado a disminuir y notamos ese débil viento que nos acaricia la piel mientras contemplamos fijamente el firmamento, admirando esos puntos diminutos llamados estrellas. Nuestra visión es algo más reducida a causa de la clara contaminación lumínica que nos impide observar la verdadera luz. Aún así, hemos hecho el esfuerzo de encontrar un buen lugar donde estar cómodos, huyendo de las pocas personas que podrían estar en la calle a esas horas de la madrugada. La temperatura sigue bajando hasta el punto de notar como se nos pone la piel de gallina y sentir la necesidad de taparnos con esas toallas que hasta hace un momento era donde estábamos tumbados. Cada vez que vemos caer una estrella del cielo, no tenemos tiempo suficiente para pedir esos deseos  que, por desgracia, continuarán guardados dentro de nosotros junto a la esperanza de verlos hechos realidad. Las señalamos con el dedo, marcando su pequeña trayectoria hasta que se desvanecen, y no podemos evitar soltar algún grito de ilusión pues sabemos que aquello no nos pasa cada día. Ahora podemos volver a casa con la satisfacción de haber pasado una de las noches más mágicas.

sábado, 11 de agosto de 2012

Skinny love

Desde un buen principio te conté que era tímida y que tampoco era el tipo de chica que suele gustarle a los chicos. Tú te reíste, ya fuera a causa de la cantidad de alcohol que corría por tus venas o porque realmente te hizo gracia aquello que dije, y después me respondiste que aquello no podía ser posible, que entonces cómo podía ser que a ti te encantase. Yo reí también, supongo que como tú, a causa del alcohol y te lo negué, te pedí que dejaras de decirme mentiras. Estando yo sentada sobre tu regazo, pasando mi brazo derecho alrededor tu cuello, acariciándote el pelo con la mano y teniendo la otra apoyada en mi pierna y rodeada por la tuya, me miraste a los ojos y volviste a susurrarme en el oído: "Me encantas, te lo repetiré  todo lo que sea necesario hasta que te lo creas." Me mordí el labio inferior pues realmente no sabía qué contestar. Aquello había hecho que el latido de mi corazón se acelerara y llegué a ruborizarme ya que notaba como mis mejillas empezaban a arderme. "Me encantas, ¿te lo crees ahora?" Preguntaste. Asentí lentamente con la cabeza, te acercaste y me besaste. Seguía pensando que mentías, no podía ser que a alguien como tú llegara a gustarle y mucho menos encantarle, pero en mi interior, en algún pequeño lugar, llegué a creérmelo.


"Te pedí que fueras paciente, te pedí que estuvieras bien,
te pedí que fueras equilibrado, te pedí que fueras comprensivo."

miércoles, 8 de agosto de 2012

Agua

Respira profundamente. Inspira la mayor cantidad de aire posible y llena a pleno tus pulmones. Ahora suéltalo lentamente, sintiendo como el pecho va deshinchándose. Da dos pasos hacia atrás, cuenta desde cinco y salta al agua. 5...4...3...2..1... Cuando des el salto y estés volando sobre la superficie del agua fría coge aire nuevamente, pero esta vez no lo sueltes. Siente como caes y cada pequeña parte de tu cuerpo va remojándose y enfriándose a medida que vas entrando, hasta el punto en el que estés completamente sumergida. Sonríe y no quieras salir de allí rápidamente. Disfruta de aquel momento. Ese momento en el que todo el ruido que hay en el exterior llega amortizado a tus oídos y puedes escuchar perfectamente cómo el resto de personas que se encuentran en el agua se mueven. Las risas de los niños pequeños apenas son audibles para ti, pero aún así llega un pequeño sonido que se mezcla con el del movimiento de pies del hombre que está nadando y en ese instante pasa por tu lado, y aquella mujer sentada en el bordillo de la piscina que no para de reírse y es la risa más escandalosa que has podido escuchar nunca. Ahora abre los ojos lentamente, sin pararte a pensar en las consecuencias que eso traerá a causa de la gran cantidad de cloro en el agua, y observa tu cuerpo durante unos segundos. Es leve y parece frágil. Muévete lentamente, como si tuvieras miedo de que aquello se acabara, colócate en posición vertical, apoya los pies en el frío suelo, pega otro gran salto y mientras estés subiendo hacia la superficie, ve soltando todo el aire que tenías guardado dentro de ti, así, una vez tu cabeza consiga estar fuera, podrás volver a respirar.


martes, 7 de agosto de 2012

Acaríciame



Y cuando por fin te decides a cogerme de la mano, mi pulso se acelera y empiezo a notar esas pequeñas mariposas en mi estómago. No me sueltes, por favor, pienso. Pero lo haces en seguida. Me giro, te miro, sonríes, sonrío, intento disimular las ganas que tengo de besarte. Esta vez soy yo quien te toca las manos, las acaricia, las coge. Permanecemos así durante unos segundos, sentados en aquel banco. Silencio. Vuelves a soltarme, pero esta vez apoyas una de tus manos en mi pierna derecha y me acaricias lentamente mientras te acercas lo suficiente como para que nuestros labios se toquen. Me gusta y no puedo evitar sonreír. Siento como tu lengua comienza a buscar la mía y yo no pongo oposición. Alrededor no hay nadie, estamos solos e intento disfrutar de este momento que has decidido compartir conmigo a pesar de esos problemas que tuvimos para poder encontrarnos, además de mi mala sensación de sentirme insegura y haber probado de esquivarte de vez en cuando. Admiro esa fuerza de voluntad que tuviste al continuar intentando establecer conversación conmigo tras haberlo evitado durante un tiempo, pero en este mismo instante no me arrepiento de estar aquí contigo, con tus labios sobre los míos, tus manos sobre mi cuerpo, pudiendo respirar tu perfume y verte apartar la mirada después de besarnos. Yo vuelvo a sonreír, parece ser lo único que puedo hacer en ese momento.

Presentación

Realmente no sé bien qué voy a escribir en este blog pues siempre pienso en hacerlo de diferentes temas pero después acabo haciéndome uno nuevo porque no acaba de gustarme. Supongo que escribiré sobre lo que me pasa pero más centrándome en lo que siento cuando lo vivo. El problema de esto es que la mayor parte de las entradas probablemente las escriba no en mis mejores momentos puesto que la inspiración me viene cuando no lo estoy pasando bien, pero espero poder adaptarme y escribir cualquier otra cosa ya que no quiero que sea deprimente.

Me llamo Yaiza, tengo diecisiete años. No creo que se necesite saber más.