sábado, 17 de noviembre de 2012

La carrera de las palabras

"Dilo... en voz alta. Dilo."

Las palabras que salen de su boca se atropellan entre ellas intentando ser las primeras en pronunciarse. No saben esperar su momento indicado, solo quieren dejarse llevar, salir de allí. La historia es larga y no quieren hacerse esperar porque quizá quien esté escuchándolas no las encontrará adecuadas, agraciadas, y querrá deshacerse de ellas lo más pronto posible. Por eso, prueban a salir de la boca rápidamente, una tras otra, sin pausa alguna que pueda indicar el final. Se apresuran demasiado, pronunciándose una encima de la otra sin llegar a entenderse lo que significan. La historia comienza a carecer de sentido una vez las palabras han empezado a perderse en el desorden de las frases y se ven obligadas a parar y volver a organizarse adecuadamente para hacer más sencilla la comprensión. Palabras sencillas, cortas, comodines. Lo que sea necesario para terminar lo antes posible sin aburrir. Onomatopeyas, abreviaciones. Así será más rápido. Así será más sencillo. Así lograrán captar la atención, ser oídas y quizá conseguir permanecer en la mente de quien las haya escuchado.

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