sábado, 29 de septiembre de 2012

Más vale tarde que nunca.


Allí viene ella con los ojos tapados con un antifaz negro y cogida de la mano de una de nuestras amigas, quien ha conseguido traerla hasta casa de una de nosotras, donde le hemos preparado una comida sorpresa para celebrar su cumpleaños que fue hace un mes. Se nos da bastante bien eso de celebrar cumpleaños tiempo más tarde, pero por pequeños problemas no pudimos hacerlo antes. Yo sujeto mi móvil con ambas manos mientras grabo su reacción una vez nos ve a todas allí esperándola para darle la sorpresa. Sonríe y comienza a reírse. La chica que la acompañaba la abraza y ella nos mira. Una vez se quita la chaqueta y deja el bolso sobre una silla, nos sentamos todos en la mesa y comenzamos a comer. No paramos de hablar, hacer bromas, reír y pasarlo bien, comentando también todos las fiestas de cumpleaños que están a punto de venir a partir del mes siguiente. Cuando terminamos de comer lo que hay en los platos, una amiga y yo nos dirigimos a la cocina. Cogemos dos velas con los números uno y nueve, y tras haberlos colocado sobre el delicioso pastel de chocolate, las encendemos. Llevamos el plato al comedor, cantándole a nuestra amiga Cumpleaños feliz y una vez terminamos, ella pide un deseo y sopla las velas.

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